El P. José León Beloqui Toledo, S.J., nació el 28 de marzo de 1889 en Vidanía, un hermoso pueblito de la Provincia de Guipúzcua. Desde muy pequeño se involucró con los famosos coros de tiples que daban esplendor a los actos religiosos que se celebraban en toda la Provincia Vasca. Su bonita voz y su sensibilidad espiritual despertaron en él su vocación ignaciana y su afición por la música.

Ingresó en el Noviciado de Loyola el 02 de junio de 1906. Durante su tiempo en el Noviciado sus compañeros resaltan su modestia ejemplar, su humildad profunda, su piedad en los Ejercicios Espirituales y su empeño por hacer de sus conversaciones una herramienta que ayudara a todos a enriquecerse espiritualmente.

Al culminar su Noviciado hizo sus Votos del Bienio y continuó con sus estudios literarios en Loyola. Para realizar sus estudios de Filosofía en 1919 fue destinado a un pequeño pueblo llamado Chapinero, en las afuera de la ciudad de Bogotá (Colombia). Ese lugar más tarde sería asimilado por la capital de país y también sería la sede la Pontificia Universidad Javeriana para las Ciencias Eclesiásticas. Para ese momento el territorio colombiano era parte de la Provincia de Castilla. En 1921, durante su etapa de Magisterio los Superiores decidieron que impartiera clases de latín a los novicios. Vale destacar que su talento para dar clase de latín era extraordinario por eso dedicó gran parte de su vida a ello.

En 1922 fue enviado a Oña (España) donde realizó sus estudios de Teología. Recibió la ordenación sacerdotal el 24 de julio de 1924. Realizó su año de Tercera Probación en Manresa. Al completar su formación regresó a Colombia. En 1926 es destinado a la Viceprovincia de Venezuela. Llegó al Seminario Interdiocesano de Caracas el 04 de octubre de 1926. Durante sus primeros 7 años de estadía en el Seminario impartió clases de latín, hebreo y griego. Al mismo tiempo fue prefecto durante 2 años, Padre Espiritual 2 años también, secretario del Seminario, encargado del cuidado de la Biblioteca y director musical de la Schola Cantorum. Emitió sus Últimos Votos el 19 de marzo de 1927.

En 1934 por sus cualidades como educador fue uno de los jesuitas designado para asumir el reto de fundar el Seminario Menor de Coro en el Edo. Falcón. Allí se alquiló una casa y se habilitó una Iglesia en honor a San Gabriel. En esa titánica labor estuvo durante 7 años, y durante los dos últimos fue rector del Seminario y de la Iglesia. En todo momento apoyó al Párroco de la Catedral para reforzar la labor pastoral en toda la región. También apoyaba a un Colegio de Hermanas Salesianas, organizó el Apostolado de la Oración y la Congregación Mariana para los jóvenes. Su labor como jesuita en Paraguaná (Edo. Falcón) fue muy fructífera. De Coro se trasladó al Colegio San José de Mérida en donde por un breve tiempo participo en el Apostolado de la Oración y las Congragaciones Marianas de Mérida.

Regresó en 1941 al Seminario Interdiocesano de Caracas, durante su estadía desempeñó los cargos de Ministro de la Casa y prefecto de los alumnos. En 1944 vuelve al Seminario Menor de Coro para ser Ministro y prefecto del Seminario. En 1949 es nombrado Vicerector durante 2 años. Finalmente, en los últimos años en que los jesuitas dirigieron el Seminario de Coro, entre 1951 y 1953 asumió el cargo de Padre Espiritual.

Una vez que la Compañía de Jesús entregó el Seminario Menor de Coro a la Diócesis fue destinado al Noviciado José Pignatelli en los Chorros en 1954. Allí siguió formando a los novicios y también fue su confesor. En 1956 se trasladó a los Teques junto con el Noviciado. Allí se mantuvo durante sus últimos 12 años de vida. Además de ser participe del proceso de formación de los novicios, fue capellán del antiguo Hospital Policlínico de los Teques.

En 1966, es ocasión de la celebración de sus 60 años al servicio de la Compañía de Jesús el Mons. Maradei, Obispo de Cabimas, en nombre del Episcopado Nacional expresó: “Los anillos episcopales de Henríquez, de Pérez, de Rincón, de Feliciano, de Lebrún, de Benítez, de Márquez y, quién lo creyera, hasta el mío, salieron de vuestras manos de orfebre (P. Beloqui)”

El P. Beloqui, S.J. era por encima de todo educador. En verdad enseñaba con singular maestría la gramática latina, la griega y el hebreo. También era un asiduo lector de historia universal y de Venezuela, estaba notablemente versado en todo lo relacionado con el Libertador. Fue un religioso fiel, entregado al cumplimiento de su deber con naturalidad. Enemigo de llamar la atención, llevó por años enteros una vida común sin dar que hablar a los demás. Sobre su comedida manera de ser sus compañeros de comunidad decían: “Leve su andar, tan quedo, que su paso tenía la sutileza de un ser alado”. El P. José León Beloqui Toledo, S.J. Falleció el 30 de enero 1968 en el Noviciado San José Pignatelli, en la ciudad de Los Teques (Edo. Miranda).

Damos gracias Dios por la vida y obra del Padre José Beloqui Toledo, S.J., pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Adrián Jiménez
Archivo Curia