Adolfo Etuláin Iriarte nació en Caparroso, Navarra, España, el veintisiete de septiembre de 1892. Sus padres fueron Martín Etuláin y Teresa Iriarte, una familia de valores cristianos.
No se tienen los datos de sus estudios de primaria ni secundaria, pero después de haber estudiado los fundamentos de las primeras letras ingresó al Seminario Menor de la Compañía de Jesús en Javier, Navarra, donde permaneció profundizando sus conocimientos del latín y materias humanísticas hasta que entró al Noviciado de la Compañía de Jesús en Loyola el primero de julio de 1911.
Al terminar su formación en el Noviciado, inició su etapa de Juniorado en Loyola en 1913 hasta 1916. La Filosofía la realizó en Oña, en el curso 1916 – 1917, hasta 1919 donde obtuvo su licenciatura.
Su siguiente etapa de formación fue el Magisterio, específicamente en el Colegio San Francisco Javier de Tudela, Navarra, España, se desempeñó como docente de geografía y química en el curso 1919 – 1920 hasta 1922.
Finalizado su Magisterio fue a Oña, Burgos, donde hizo sus estudios de Teología, en el Colegio Máximo de San Francisco Javier en el curso 1922-1923 hasta 1926. Al terminar su tercer año de Teología, en el curso 1924-1925, fue ordenado Sacerdote. Al culminar sus estudios de Teología hizo su Tercera Probación en Manresa, Barcelona, España, con el Instructor el P. Antonio Aguirre, S.J. en 1927.
Tras su Terceronado el primer destino fue al Colegio de Nuestra Señora de Begoña, Bilbao, Indauchu, desempeñándose como subprefecto de disciplina, profesor de química, literatura española y presidió la academia de religión en 5to año.
El dos de febrero de 1928 emitió los Últimos Votos en Bilbao, en el Colegio donde venía desarrollando su primera misión.
En el curso de 1929-1930 fue destinado a su conocida Escuela Apostólica de Javier, Navarra, y allí se desempeñó como docente de geografía e historia universal, historia de América e Hispana, y confesor de los alumnos. Al año siguiente sumó a sus labores el cargo de subprefecto de disciplina, docente de historia de España, literatura de España, elementos de la lengua griega, principios de ética, ciudadanía y derecho, hasta el curso 1932-1933. Debido a la situación política de España le tocó la expulsión y se vio obligado a ir a Tournai, Bélgica, donde muchos de los jesuitas expulsados de España recibieron refugio.
Estando en Tournai recibió el destino a Venezuela, durante el curso 1933-1934, donde permanecería durante doce años en el Seminario Interdiocesano de Caracas como docente de retórica y elocuencia para los alumnos de 1er año; también enseñó griego, religión y música, fue prefecto de la biblioteca del Seminario y de la comunidad, enseñó gramática española, latina, griega y aritmética. Fue escritor de la historia de la casa y colaboró en la revista SIC, además también fue confesor de los alumnos y en el Templo.
En el curso de 1941-1942 fue destinado a Mérida, al Colegio San José como Padre Espiritual de la comunidad y de la primaria, docente de religión de 5to y 6to grado, y latín de 1ero y 2do año, presidió la Congregación Mariana para niños, fue moderador local del Apostolado de la Oración y confesor de los alumnos, hasta 1943. Por un año, 1943-1944, fue docente de latín, literatura y religión.
A partir del curso 1944-1945 fue al Seminario de Coro para enseñar español, latín y griego, también dio clases de ciencias y matemáticas, de urbanidad, fue Padre espiritual de la comunidad y de los alumnos, y se encargó de la catequesis en escuelas públicas. Su labor no le impidió atender como capellán a las Siervas del Santísimo, dirigir la Asociación de Santa Teresa y a la Adoración Perpetua en San Clemente hasta 1949.
Su siguiente destino fue Maracaibo en 1949, para desempeñarse en el Colegio Gonzaga como Padre Espiritual de la comunidad, docente de gramática castellana, matemáticas y ciencias de 5to grado, y catequesis de 1ero y 2do grado. Fue escritor de la historia doméstica, capellán en el Colegio San Francisco de Asís, confesor de la comunidad y los alumnos.
Regresó nuevamente a Coro, al Seminario Menor San José como Padre Espiritual de la comunidad en 1951, donde enseñó latín, castellano, higiene y urbanidad. Fue escritor de la historia doméstica, capellán a las Siervas del Santísimo, moderador de la Asociación de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Adoración Perpetua en San Clemente hasta 1952.
En los primeros días de junio de este último año el P. Adolfo Etuláin, S.J. padeció una fuerte gripe, y aunque fue evaluado por un médico, la fiebre persistía tanto que pasó un mes en la cama, pero los médicos no pudieron hallar la causa de su fiebre y recomendaron que fuera evaluado en Caracas.
A las pocas horas, a las once y media de la noche del cinco de julio, segundos después de tomarse su medicamento sufrió un ataque de bronconeumonía proveniente de la enfermedad que sufría, asma.
El seis de julio de 1952, a las tres de la mañana después de que el P. Leonidas Pinto, S.J., Rector del Seminario, le administrara la Unción, falleció el P. Adolfo Etuláin Iriarte, S.J., tenía cincuenta y nueve años de edad y cuarenta y un años de Compañía.
El P. Adolfo Etuláin, S.J. era un hombre que tenía una extraordinaria facilidad para componer y escribió muchas poesías de estimable valor. Poseía gran conocimiento de la etimología de la lengua castellana, y fueron muy alabadas sus famosas Historias del Monasterio.
Damos gracias a Dios por la vida y obra del P. Adolfo Etuláin Iriarte, S.J., y pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.
Schirley Echenique
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