La Red Ignaciana de Lara se creó en septiembre del año 2008 y está conformada por Fe y Alegría: Programa Escuelas, Capacitación, IRFA y el IUJO ext. Barquisimeto; la Fundación Centro Gumilla, el Movimiento Juvenil Huellas y la Parroquia Jesús de Nazaret. Desde ese momento esta Red ha tenido el interés de constituirse en un espacio de reflexión pastoral sobre temas como la Fe y Justicia, Espiritualidad y el Compromiso Social. Es una iniciativa de la Compañía de Jesús para colocar al servicio de los laicos, los dones espirituales para el cumplimiento de la misión encomendada.

Desde el año 2008 hemos articulado esfuerzos para realizar conversatorios, foros y proyectos para trabajar la ciudadanía, la violencia y los jóvenes. En la búsqueda de ganar confianza desde el conocimiento de lo que hace cada Obra, se desarrollaron actividades conjuntas, algunas articuladas a la Red de Acción Social de la Iglesia, fundamentalmente orientadas a profundizar en el tema de la violencia, que pareciera ser el tema que más preocupó a la mayoría de las organizaciones durante cierto tiempo. En conjunto con el Noviciado San Pedro Claver, que formó parte de la Red hasta el año 2019, se editó un boletín mensual donde se recogía el quehacer de todas las instituciones.

En noviembre del 2021, hemos retomado nuestra organización y trabajo conjunto que, por múltiples razones entre ellas la pandemia, no habíamos continuado. Estamos en una etapa de resignificación de lo que somos y hacemos, de hacernos conscientes de nuestros dones y del aporte que podemos brindar a la comunidad larense en general desde la Espiritualidad Ignaciana, en momentos en que se nos llama a nuestra conversión personal, comunitaria e institucional. Somos invitados a permitir que Dios obre en nuestras vidas y Obras inspirándonos en la experiencia de San Ignacio, a cumplir la misión en el marco del Plan Apostólico de la Provincia 2021-2026 y las PAU.

Para la Red Ignaciana de Lara es un desafío el poder ayudar a la gente que hace vida en y con nuestras Obras, en lo personal, en lo institucional y en lo comunitario, a discernir la realidad que vivimos en nuestro país, para que este espacio pueda convertirse en lugar de esperanza, de fraternidad, de caminar juntos permitiendo que el Espíritu nos guíe, nos facilite ver con claridad el servicio que debemos y estamos llamados a prestar, a trabajar en medio de la gente desesperanzada y cansada de tanto esfuerzo.

Hemos sido invitados a ver el contexto y trabajar en él como compañeros de misión para sembrar esperanza, reconstruir lazos sociales rotos, Cuidar de nuestra Casa Común, tejer redes de solidaridad, al crecimiento espiritual, construir ciudadanía, a trabajar con los jóvenes, a crear comunidades de oración y proponer nuevos caminos para aminorar el sufrimiento de nuestra gente, ampliando las oportunidades de actuación a través de las alianzas, para juntos transformar la realidad.

 Elena Alvarado

Red Ignaciana de Lara