La oficina de Juventud y Vocaciones sigue apostando por brindar espacios para acompañar el discernimiento en cada uno de los jóvenes a través de las propuestas de los programas que se ofrecen. En esta oportunidad y siguiendo la línea del discernimiento se desarrolló la celebración de la Vigilia de Pentecostés con el lema “Se llenaron todos del Espíritu Santo y se pusieron en camino” como un espacio de encuentro, reflexión y oración con el Creador, a través de la tercera persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo, con el tinte de la Espiritualidad Ignaciana.

Esta vivencia se desarrolló a modo de Vigilia de forma simultánea en Caracas y en Mérida, durante toda la noche. La experiencia se caracterizó por ser un espacio de escucha y reflexión, de encuentro y compartir entre los participantes. También una celebración desde la creatividad apostando por mantener la esencia de Pentecostés pero adaptándola a los participantes, realizando dinámicas varias, formación sobre los dones del Espíritu Santo, compartir fraterno, cantos y celebración de la Eucaristía .

Entre Mérida y Caracas se reunieron 80 jóvenes de diferentes grupos juveniles, comprometidos con la Iglesia. La motivación de estos jóvenes en participar fue la escucha y el encuentro con otros, desde su apostolado y dones por el Espíritu Santo.

Este año se incorporó a la celebración de Pentecostés un momento de oración por las vocaciones, fue un espacio significativo tanto para el equipo organizador como para los participantes pues se vivió desde un espacio de adoración al Santísimo, ofreciendo peticiones, oraciones por la llamada vocacional de cada uno y por la sabiduría para saber reconocer el paso de Dios en cada uno de los hitos de la vida que van mostrando el camino para encontrar y fortalecer el sentido de la vida.

La vivencia de la Vigilia de Pentecostés de este año tanto en Caracas como en Mérida fue un signo que mostró la necesidad de seguir retomando la presencialidad, la escucha y protagonismo de los jóvenes, la necesidad de seguir encontrando espacios para el compartir fraterno, para el reconocimiento de los dones y talentos de cada uno y para poder brindar espacios para la oración tanto individual como grupal. También para reconocer la necesidad de seguir acompañando a los jóvenes en sus procesos de vida, en sus dinámicas personales, en sus inquietudes y dudas.

Al realizar este tipo de actividades se evidencia la riqueza y el potencial de los jóvenes que sueñan con algo nuevo, con marcar la diferencia, que tienen a Jesús presente en el corazón y quieren darlo a conocer en los distintos ámbitos en los que se desenvuelven, desde la energía, alegría, talento, motivación que los caracteriza y que los hace signo de esperanza en sus entornos pero que necesitan seguir siendo acompañados, escuchados y guiados para que den grandes frutos.

Isaura Goncalves

Juventud y Vocaciones