Seguimos teniendo nuestra Eucaristía diaria privada, con la asistencia de una docena de feligreses que no se resignan a perderla. Durante la Semana Santa la tuvimos en un par de sedes. Y luego la hemos ido continuando los domingos. En algunas ocasiones se han hecho celebraciones de la Palabra y también la Eucaristía en grupos pequeños, en casas, o en alguna capilla. Siempre manteniendo las normas estrictas para evitar contagios. Una coordinadora de Comunidad nos decía con gran alegría: “estuvimos con tapabocas y alejaditos… pero cerquita de la mano de Dios”.
La Parroquia es grande y a pesar de la cuarentena la gente va explicitando a su manera su fe en todos los sectores. Brota la fe espontáneamente. A veces se reúnen en familia apoyados por diversos subsidios que se envían por las redes. Se reúnen pequeños grupos por su cuenta a celebrar la Palabra de Dios, rezar el rosario a la Virgen o hacer la coronilla de Jesús de la Misericordia. El párroco sigue acompañando fielmente a unas veinte personas que continúan con los Ejercicios Espirituales en la vida corriente.
El candidato Ayair está en contacto con media docena de jóvenes, que se han propuesto hacer semanalmente lectura orante.
Wyssenbach sigue soñando con sus olimpíadas. Ha conseguido los correos electrónicos de más de 50 alumnos. De ellos han respondido 23, que ya han enviado para su corrección 360 problemas. ¿Podremos hacer las olimpíadas contando con el apoyo de las mamás interesadas?
En la comunidad atendemos con cariño a media docena de indigentes que vienen regularmente buscando comida.
Comunicaciones Curia