Una de las cinco características de las Parroquias jesuitas en América Latina es su talante misionero. Este año 2021-2022 queremos hacer énfasis en esta característica como “Iglesia en salida”.

El pasado 11 de septiembre de 2021 las distintas zonas pastorales que configuran nuestra Parroquia, a saber: Loma de León, Doce de Octubre, El Garabatal y La Carucieña, se dieron cita para evaluar y planificar el año 2021 – 2022.

Evaluado el año 2020 – 2021, pudimos visualizar aquellos aspectos de nuestro caminar parroquial que aparecieron como desafíos u oportunidades a ser tenidos en cuenta en la planificación.  En la metodología de trabajo, a cada grupo conformado por miembros de las diferentes zonas pastorales, se les entregaron preguntas que permitieran reflexionar lo vivido y proyectarse al año que está por comenzar. Se nombró una comisión que le daría forma a dicha planificación con los aportes de todos.

El día 21 de septiembre de 2021 la comisión, integrada por delegados de las distintas zonas pastorales, nos reunimos durante toda la mañana para definir objetivos, metas, acciones/actividades, teniendo en cuenta el eje transversal misionero. Además, otro elemento de contexto que viene a enriquecer nuestra planificación anual es el Año Ignaciano con los contenidos programados por la comisión ad hoc para tal propósito hasta el 31 de julio de 2022. En ese sentido, la comisión de planificación, organizó e incluyó los seis (6) encuentros propuestos por el Equipo de Provincia para la celebración del Año Ignaciano, siguiendo la sugerencia de que sean bimestrales.

Ya se le hizo llegar al P. Dizzi, el nombre de la persona que hará de enlace para este propósito. También se nombraron otras comisiones: de Formación, coordinada por el P. Edgar Rodríguez, S.J., de Redes y medios, coordinada por Luis Cáceres, catequista de la Parroquia; de Proyectos, coordinada por el párroco P. Raúl Herrera, S.J. y, finalmente, la comisión de Seguimiento.

El ánimo y entusiasmo de la comisión de planificación, se sentía en los rostros de los participantes. Nos invadía una fuerza y ganas de seguir empujando nuestra esperanza y anhelos más profundos de llevar a todos nuestros hermanos esta Buena Noticia. La planificación y el discernimiento de nuestro quehacer apostólico ha estado presente como talante y modo de proceder. Hemos puesto en manos de la Divina Pastora este deseo de llevar a cabo esta hermosa tarea, que se convierte en consuelo y esperanza para tantos hermanos y hermanas nuestros que lo necesitan en medio de la dura situación que estamos atravesando en el país y en nuestra región larense. Seguimos apostando por la vida, siguiendo a Jesús de Nazaret, nuestro hermano y señor.

Raúl Herrera, S.J.