Oriundo del Municipio Durango, en la localidad de Vizcaya (España), el P. Víctor Iriarte Garmendia, S.J., nació el 26 de febrero de 1897. Se desconocen los detalles de sus primeros años de educación; solo se sabe que demostró su llamado a la vocación ignaciana desde muy temprana edad. Ingresó en el Noviciado de Loyola el 06 de marzo de 1912. Entre 1918 y 1928 fue enviado a Oña en donde obtuvo un Doctorado en Filosofía (1921) y un Doctorado en Teología (1928). Entre 1921 y 1923 realizó su etapa de Magisterio en el Colegio San José de Durango. Fue ordenado el 29 de julio de 1926. La Tercera Probación la realizó en 1928 en Paray le Monial (Francia) y ese mismo año fue destinado a la Viceprovincia de Venezuela.

Llegó a Venezuela el 06 de septiembre de 1928. Su primera asignación fue como Ministro y Prefecto en el Colegio San Ignacio de Caracas. Pronunció sus Últimos Votos el 15 de agosto de 1930 en Caracas ante el Viceprovincial P. Evaristo Ipiñázar, S.J.

Entre 1930 y 1934 es nombrado Rector del Colegio San Ignacio de Caracas y Asesor de la Sociedad de San Vicente de Paúl. En 1934 es nombrado Superior de la Residencia San Francisco, responsabilidad que mantuvo hasta 1939. Además, fue Asesor Nacional de los Caballeros Católicos, la Juventud Católica Femenina y otros múltiples cargos pastorales.

Su labor apostólica fue impresionante, desde 1936 aparece como: Asesor de la Juventud Católica Venezolana, Director de la Campaña contra el Ateísmo en Venezuela, Ejercitador espiritual de Sacerdotes, Consiliario de la Juventud Católica Femenina Venezolana, Presidente de la Venerable Orden Tercera, Director de Ejercicios Espirituales, Predicador de fama, Conferencista de radio, Asesor de la Federación Venezolana de Religiosos (FERVE), Asesor de la Unión de Mujeres de Acción Católica (UMAC), Asesor de la Asociación de Damas de San Vicente de Paúl, Censor Eclesiástico de la Arquidiócesis de Caracas, entre muchas otras responsabilidades.

Posteriormente fue Ministro de la Residencia San Francisco entre 1939 y 1962, ese mismo año es nombrado Subdirector de la Revista SIC, primer Superior de la Casa de Escritores del Centro de Información Social (CIAS) y por un breve tiempo volvió a ser Superior de la Residencia San Francisco.

El 30 de septiembre de 1962 dejó sus responsabilidades en la Residencia San Francisco para asumir como Prepósito Viceprovincial hasta 1966. En 1968 asumió dirección de la Revista Mensajero. En 1969 con la salud quebrantada fue internado en la Casa de Reposo “Mansión del Sagrado Corazón”, en la Castellana (Caracas), en donde falleció el 27 de octubre de 1969 con 72 años de edad y 57 al servicio de la Compañía de Jesús.

Su muerte tuvo gran resonancia en todo el país. Era de los jesuitas más conocidos a lo largo y ancho de toda Venezuela; y uno de los religiosos más apreciados por el episcopado y el clero venezolano. La mayor prueba de aprecio fue la gran concurrencia de personas que asistieron a su funeral en el Templo San Francisco el 28 de octubre de 1969. El funeral fue concelebrado por varios Obispos y presidido por el Nuncio Apostólico Excmo. Mons. Felice Pirozzi.  En el templo se hicieron presentes importantes figuras del gobierno nacional, embajadores, empresarios, dirigentes de organizaciones religiosas, miembros del clero y fieles de todos los sectores sociales. Se recibieron en la Provincia más de 70 telegramas y tarjetas de condolencias de los que no pudieron asistir al funeral, pero que igual quería presentar sus respetos a la memoria del P. Iriarte, S.J.

El P. Víctor Iriarte S.J. es y sigue siendo considerado el alma de las obras vicentinas en Venezuela. Gracias a su labor, su asesoría y su esfuerzo se fundaron: el Hogar San Vicente Paúl en los Dos Caminos, la Clínica Santa Ana en San Bernardino, la Mansión del Sagrado Corazón en la Castellana y su Edificio Residencial anexo, la Casa Nazareth para ancianas en la Av. Baralt, el Colegio San Vicente Paúl para niños en Guatire, el Instituto Hermanos Hernández Suárez para niñas abandonadas en peligro moral en Guatire y el Ancianato de Guatire.

Sobre su personalidad el P. Pedro Barnola, S.J. redactó: “Quiso a Venezuela con amor de entrega total de todas sus capacidades, que eran muchas en lo natural y vivificadas con firme espíritu sobrenatural que nunca desmintió a lo largo de su activísima vida sacerdotal”.

Damos gracias Dios por la vida y obra del P. Víctor Iriarte Garmendia, S.J., pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Adrián Jiménez
Archivo Curia