El P. Jesús María Baquedano Sagüés, S.J. nació y fue bautizado el 10 de diciembre de 1926 en Pamplona la capital de la Provincia de Navarra, España. Sus padres Tomás y María brindaron a la Compañía 3 hijos: Jesús María, Rafael María y José María, fortuitamente todos sirvieron como jesuitas en la Provincia de Venezuela. Comenzó su educación primaria en 1933 en el Colegio de los Hermanos Maristas en Pamplona. Para su formación secundaria se trasladó a Javier en 1937. Desde muy temprana edad decidió tener una vida religiosa dedicada al servicio y su vocación lo llevó a ingresar en el Noviciado de Loyola el 27 de agosto de 1942.
Después el noviciado entre 1944 y 1946 realizó estudios de Humanidades en Orduña, Vizcaya. Estudió la Filosofía de 1946 a 1949 en Oña, Burgos. Su etapa de Magisterio lo trajo por primera vez a Venezuela, específicamente al Colegio San José de Mérida en donde fue maestro de 6to grado entre 1949 y 1952. Desde su llegada estableció una fraterna amistad con el entonces Rector P. José María Vélaz, S.J. Regresó a España para obtener la Licenciatura en Teología, cursando estudios de 1952 a 1956 en Oña. Fue ordenado el 30 de julio de 1955 en Loyola por el Nuncio Apostólico Hildebrando Antoniutti. La Tercera Probación la hizo en 1956 en Gandía, España.
Vuelve a la Viceprovincia de Venezuela en 1957 y es enviado al Colegio Javier de Barquisimeto en donde se desempeñó como P. Espiritual hasta 1959. Sus Últimos Votos los emitió allí el 03 de febrero de 1958 ante el Rector del Colegio P. Jesús Joaristi, S.J. En 1959 fue enviado a la Residencia San Pedro Canisio en Paraguaná, en donde trabajó como Vicario Cooperador durante un año. Es enviado de regreso al Colegio Javier de Barquisimeto en donde una vez más fue P. Espiritual durante el año escolar 1960 – 1961. El siguiente año escolar 1961 -1962 continua con la misma responsabilidad, pero esta vez en el Instituto Técnico Jesús Obrero en Catia.
En el año 1962 es invitado por el P. José María Vélaz, S.J., para trabajar en Fe y Alegría, allí comenzó una nueva etapa que trajo grandes frutos a nivel nacional e internacional. Por su gran carisma y creatividad fue llamado para colaborar en las campañas de promoción de Fe y Alegría en varios países latinoamericanos como Panamá, Ecuador y Perú. Utilizó los medios audiovisuales como un recurso ingenioso para promocionar y hacer crecer rápidamente a Fe y Alegría. Su alegría desbordante y contagiosa, sin miedo al ridículo porque como el mismo decía: “Hay que hacer simpática a Fe y Alegría… y lo que pido es para los pobres; nada para mí”.
En 1969 es designado como Director de Relaciones Públicas de la Revista SIC. En 1970 regresó como P. Espiritual y Profesor de Religión al Instituto Técnico Jesús Obrero. Entre 1972 y 1988 es ubicado en el Colegio San Ignacio de Caracas para ser Profesor de Religión. En paralelo apoyaba con la Pastoral en la Basílica Santa Teresa. Realizó la misma labor en el San Javier del Valle en Mérida durante el año escolar 1988 -1989. Luego vuelve a Caracas y desde la Residencia del Colegio San Ignacio y hasta el final de sus días apoyó con la pastoral de la Parroquia San José de Chacao y continúa con su trabajo en Santa Teresa en donde 1991 recibió una Medalla de Gran Catequista impuesta por Monseñor Juan Francisco Hernández por sus 17 años de servicio. Su salud fue desmejorando, pero incluso desde la Enfermería Provincial siguió en la medida de sus posibilidades con su trabajo pastoral y de catequesis.
El P. Jesús María Baquedano Sagüés, S.J., falleció el 31 de marzo del 2005 en la Enfermería Provincial en Caracas, con 78 años y 62 al servicio de la Iglesia en la Compañía de Jesús. Su Misa Exequial se realizó el 02 de abril del 2005 y fue concelebrada por su hermano el P. Rafael María Baquedano Sagüés, S.J., su hermano el P. José María Baquedano Sagüés, S.J., y el P. Provincial Jesús María Orbegozo, S.J. que durante su homilía habló sobre la invaluable labor en la Provincia, aquí algunos párrafos:
“En 1962, el P. Vélaz le invita a trabajar en Fe y Alegría y se convierte en manos y mensajero de Vélaz por escuelas y colegios, dentro y fuera de Venezuela. Jesús Mari tuvo la habilidad de saber utilizar los medios audiovisuales para su trabajo. Para las campañas de promoción de la Rifa de Fe y Alegría, sabía captar las canciones populares del momento y, con un cambio de letra, las utilizaba como instrumento de difusión de sus mensajes…De este modo, miles de niños y niñas repetían la misma canción por las barriadas, escuelas, liceos oficiales y hogares, con el entusiasmo contagioso que transmitía Jesús Mari.
Considero que Fe y Alegría le debe mucho a Jesús Mari, y no únicamente por los abundantes y constantes recursos que supo generar a través de la Rifa a lo largo de los años, sino, sobre todo, por la imagen de Fe y Alegría que supo tan adecuadamente proyectar con su modo apasionado de vivir la vida y con su incansable dedicación al trabajo, a favor de la causa de la educación de los niños.
Esta desbordante y contagiosa alegría la puso al servicio de su misión como catequista, que desarrolló dentro y fuera de los colegios de la Compañía, haciendo alegre la educación de la fe, con mucha creatividad, pero simultáneamente con una inmensa capacidad de trabajo acucioso y sistemático para hacer las cosas bien.
Demos gracias al Señor por la vida de Jesús Mari, por su bondad, su compañía, su gran generosidad. Pidamos al Señor que la semilla que sembró en su vida vaya dando frutos del Reino en los corazones de sus numerosos alumnos. Pidamos también por su familia, hermanos y hermanas, presentes acá en sus hermanos Rafael y José Mari”.
Nosotros también damos gracias Dios por la vida y obra del P. Jesús María Baquedano Sagüés, S.J., pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.