Las cosas más significativas se encuentran en donde menos se espera, dejando una huella profunda que cambia la vida. El P. Ignacio María Beascoechea Bilbao, S.J. fue una persona leal, competente, profesional y sabia.

Ignacio María Beascoechea Bilbao nació el dos de julio de 1937 en Guecho, Vizcaya, España. Hijo de Toribio Beascoechea y María Dolores Bilbao, hermano de Amaya, Germán, Itzier, Aintzane, Xabier y María Dolores. Estudió la primaria y la secundaria en el Colegio de los Hermanos Maristas, de 1944 a 1954.

Inició sus estudios Superiores en 1954, y decidió estudiar Ciencias Económicas en la Universidad de Deusto, en Bilbao, también realizó su formación en Derecho en Valladolid.
En 1960 trabajó en Durango como jefe de producción, en la fábrica de los Hijos de Ortiz de Zárate, una empresa industrial, durante tres años.

Poco a poco sintió el llamado del Señor y curioso de la vida sacerdotal, hasta que el veintisiete de agosto de 1963 ingresa al Noviciado de Villagarcía de Campos, en Valladolid, en España, con veintiséis años.

Hizo sus estudios de Humanidades en Santa Rosa de Viterbo, Colombia, en 1966, y su filosofía en Quito, donde se licenció en Filosofía en 1968.

En 1968 fue destinado al Colegio Gonzaga, Maracaibo, en Venezuela para su etapa apostólica de magisterio, lugar que deja en él una huella. Allí se desempeñó como Profesor Inspector durante un año.
En 1969 viajó a Bogotá, Colombia, para estudiar su Teología. Al terminar su 3er año de Teología viaja a España para ser ordenado sacerdote en Loyola, España, por el Obispo Jacinto Arcaya el ocho de julio de 1972.

Para el curso 1972 a 1973 es destinado a Venezuela, a la Comunidad de Antímano, para hacer su 4to año de Teología en el Seminario Interdiocesano de Caracas, y desempeñándose como ayudante del Ecónomo Provincial. Un año después es nombrado Ecónomo de la Provincia, y en 1975 sumó a sus labores su vocación como profesor dando clases en el Instituto Técnico Jesús Obrero hasta 1978.

En su trabajo como Ecónomo de la Provincia, impulsó la renovación de bienes de la administración, según el espíritu de la Congregación General 32, y la separación entre la economía de la Obra y la economía de la Comunidad.

Profesó sus Últimos Votos el veintiocho de mayo de 1977, en el Jesús Obrero.

El P. General Pedro Arrupe, S.J., en 1978, lo llamó a Roma y lo nombró ayudante del Ecónomo General para impulsar y poner en marcha las reformas administrativas que el P. Beasco, S.J. introdujo en la provincia venezolana; y allí permaneció durante cinco años.

En 1982 regresó a Venezuela, a Maracaibo durante un año, para encargarse de la Pastoral en la Parroquia de Sierra Maestra.

Su inteligencia y sus habilidades en la administración lo hacen Asesor Económico de Fe y Alegría a nivel nacional, cargo que desempeñó de 1983 hasta 1988.

Ese mismo año lo nombraron Director Regional de Fe y Alegría Occidente, residiendo primero en Maracaibo y luego en Mérida, hasta que en 1992 es nombrado como Administrador General de Fe y Alegría hasta el 2004.

El diecisiete de diciembre de 2004 fallece el P. Ignacio María Beascoechea Bilbao, S.J. Su vida es un ejemplo de servicio a la misión, con sabiduría y respuestas oportunas, que siempre buscaba soluciones para resolver los problemas.

Fanático de las novelas históricas, del Atlético de Bilbao y de los crucigramas. Considerado un papá por sus compañeros de trabajo, respetado y muy querido. Fue un amigo fiel y de pocas palabras, un religioso servicial que siempre estará presente.

“En varias oportunidades en que presidió la Eucaristía con motivo de su cumpleaños, describía la trayectoria de su vida como la construcción de un rompecabezas, en que a pedido del Señor y respondiendo a las líneas de fuerza que le iban marcando los signos de los tiempos, iba poniendo pacientemente cada pieza en su lugar hasta componer el gran cuadro de su VIDA por el que se sentía agradecido y feliz… precisamente la construcción de los rompecabezas era uno de sus entretenimientos favoritos y gozaba como un niño con ese juego, en el que involucraba a todos los miembros y empleados de la comunidad” P. Jesús María Aguirre, S.J.

El P. Provincial Jesús Orbegozo, S.J., en el funeral expresó: “El Señor se lo llevó con cariño, de modo rápido e inesperado. Todos fuimos sorprendidos por su muerte. Quedamos mudos, paralizados y con el deseo de una despedida que no se dio (…)”.

Damos gracias a Dios por la vida y obra del P. Ignacio Beascoechea, S.J., pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Schirley Echenique
Comunicaciones Curia Provincial