Félix Zubicaray Torrecilla nació en Ondárroa, Vizcaya, España, el doce de diciembre de 1897.

No se tienen datos de sus padres, ni de sus estudios, pero sabemos que su educación incentivó su vocación y escuchó el llamado del Señor y es debido a esto que decidió ingresar a la Compañía de Jesús.

El once de septiembre de 1924 ingresó al Noviciado de Loyola Félix Zubicaray, siendo el Maestro de novicios el P. Rufo Mendizábal, S.J.

Al terminar a su formación en el Noviciado, inició la etapa de Juniorado en Loyola en 1926 hasta 1928 estudiando gramática, retórica y humanidades.

Fue destinado al Colegio Máximo San Francisco Javier en 1928 para estudiar Filosofía en Oña, Burgos, hasta 1930.

Un año después siguió su etapa de formación, el Magisterio, en el Colegio de la Bienaventurada Virgen María de Begoña en Bilbao, Indauchu, España, para desempeñarse como subprefecto de disciplina, docente de historia de la literatura española, prácticas de caligrafía y gramática hasta 1932.

Finalizado el Magisterio se vio obligado a trasladarse al Colegio Máximo San Francisco Javier en Marneffe, Bélgica, para su primer año de Teología, debido a la expulsión de los jesuitas en España. Al terminar el tercer año de Teología fue ordenado sacerdote en el curso de 1934-1935, culminando la Teología en el año 1936.

Al año siguiente hizo su Tercera Probación en Morialmé, Bélgica.

Fue destinado a Venezuela en el curso de 1937-1938, específicamente al Colegio San José de Mérida, desempeñándose como secretario del Colegio, docente de apologética en 1er año, castellano y aritmética. Fue además responsable de la escuela nocturna para obreros y confesor de los alumnos.
Pronunció los Últimos Votos ante el P. Julián Barrena, S.J., Rector del Colegio, el dos de febrero de 1938.

Al año de su estancia en Mérida, pasó a vivir en la residencia San Pedro Canisio de Punto Fijo, Estado Falcón, y recorrió en motocicleta la península de Paraguaná predicando la buena noticia en las misiones populares. Además, ayudó en la Parroquia, dio catequesis, fue confesor de la comunidad y en el templo, además de procurador.

En 1940 regresó a Mérida, nuevamente al Colegio San José como docente de apologética en 1er año, aritmética en 6to grado y castellano en 5to grado. También fue confesor de los alumnos. En el siguiente año escolar 1941-1942, sumó a sus labores el ser procurador y docente de matemáticas en 1ero y 2do año.

El P. Félix Zubicaray, S.J. fue un hombre dinámico que tenía un difícil temperamento para la convivencia comunitaria, por lo cual le fueron concedidas las dimisorias de la Compañía de Jesús el treinta de marzo de 1942. Su afecto a la Compañía no se vio afectado en ningún momento.

Fue admitido por Monseñor Acacio Chacón para trabajar como sacerdote en su Diócesis. Pasó treinta y cuatro años en un duro trabajo en el apostolado de los Llanos, y durante ese tiempo fundó parroquias, levantó casas curales, repartió limosnas. Primero compartió la responsabilidad de la Parroquia de Boconó al lado de Monseñor Camargo, luego fue nombrado Párroco de la capilla del Carmen en el mismo Boconó.

En los años de 1944 y 1945 fue trasladado a Libertad de Barinas, con la finalidad de fundar la Parroquia de la que fue el primer Párroco, y atendió numerosos barrios. En los aproximadamente seis años que duró su permanencia allí extendió su acción a los vecindarios de Santa Rosa, Mijagual, Sabaneta, La Luz, Santa Inés, Santa Lucía, San Rafael de Camaguán y Dolores; en ellos promovió la construcción de sus capillas. Para poder llegar a todos estos lugares su medio de transporte era el caballo.

Hacia 1950 fue trasladado a Santa Bárbara de Barinas de la que fue el primer párroco y constructor de la Iglesia parroquial. El P. Zubicaray, S.J. se encargó de ampliar y hacer habitable la casa cural; también se propuso hacer la fachada y la torre de la Iglesia que antes era una capillita muy modesta.

Tuvo a su cargo los vecindarios de: Pedraza la Vieja, Curito, San Antonio de Pajen, El Cantón, Punta de Piedra, entre otros. Su preocupación en estos vecindarios, igual que en otros, fue la de promover la construcción de sus capillas.

En 1957 es trasladado a Pedraza que para este momento ya era Parroquia, pero el párroco que estaba la tenía en completo abandono, y al P. Félix le tocó enfrentar allí muchos problemas.

El Sr. José Rafael Roca recordó una de las experiencias que vivió el Padre: “Recuerdo que el primer domingo que se dispuso a celebrar la Misa estaban en la Iglesia sólo dos ancianas. Al final de su permanencia como párroco en Pedraza los domingos no cabía la gente en la Iglesia”.

Fue trasladado a Barinas en 1963 para desempeñarse como vicario. Para ese entonces se encontraba muy mal de salud, pero por petición de Monseñor Acacio Chacón aceptó el nombramiento como un acto de obediencia.

Al año siguiente Barinas fue elevada a Diócesis por Decreto de la Santa Sede, y se iniciaron los preparativos para la toma de posesión del primer Obispo, Monseñor Rafael Ángel González, así como las gestiones correspondientes a la construcción del Palacio Episcopal. El nuevo Obispo tomó posesión en 1965, y el P. Zubicaray lo acompañó por un tiempo más, pero enfermo y cansado pasó a retiro, desempeñándose mientras tanto como capellán del Ancianato de Barinas.

Con 78 años el P. Félix se encontraba enfermo, pobre y sin casa, y deseoso de pasar los últimos años en la Compañía de Jesús. En enero de 1976 fue recibido en la enfermería de Los Teques y por concesión especial del P. General Pedro Arrupe, S.J. fue readmitido e hizo los votos el trece de diciembre de ese año, válidos “in articulo mortis”.

La Compañía de Jesús le abrió sus puertas para el retiro definitivo de sus actividades pastorales. El diez de agosto de 1978 falleció el P. Félix Zubicaray Torrecilla, S.J. por agotamiento de su organismo, tenía ochenta años de edad.

Para el P. Zubicaray, S.J. lo suyo no era de él, no acumuló ninguna fortuna, todo cuanto tenía lo daba a los pobres. Su amor por la Compañía de Jesús siempre fue grande, durante los años que estuvo fuera de ella no dejó de tener contacto con la misma, especialmente a través del Colegio San José de Mérida. Siempre procuraba que algún jesuita lo ayudase en los ministerios pastorales (Semana Santa, Navidad y las fiestas patronales), se sentía muy feliz de hospedar a los jesuitas siempre que llegaban a Barinas.

En el testimonio del Sr. José Rafael Roca, su ex monaguillo, lo describe como: “Se ha cumplido un mes de la lamentable desaparición de nuestro querido amigo el P. Félix Zubicaray, S.J., quien fuera ante todo un gran sacerdote y cuya memoria nos conmueve profundamente a quienes lo quisimos y admiramos”.

Damos gracias a Dios por la vida y obra del P. Félix Zubicaray, S.J., y pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Schirley Echenique

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