El P. Antonio Cisuelo, S.J. fue un gran intelectual a quien le encantaba la cultura, y tenía un gran sentido de gratitud.

Antonio Cisuelo Muñoz nació en Zaragoza, España, el tres de septiembre de 1938. Sus padres eran Leoncio Cisuelo y Natividad Muñoz.

Durante su etapa de primaria, a los once años, tuvo la oportunidad de estudiar su educación media entre Zaragoza y Javier. Este período de aprendizaje abarcó desde el año 1949 hasta 1956, en donde aprovechando al máximo los conocimientos adquirió una visión amplia y comprensiva de su entorno, y sintió el llamado del Señor.

Tras concluir su educación media, decidió dar un paso crucial en su vida. El catorce de septiembre de 1956 ingresó a la Compañía de Jesús en Veruela, Zaragoza, y durante su noviciado fue destinado a Venezuela donde emitió sus primeros votos el quince de septiembre de 1958 ante el P. Candido Mazón, S.J., Viceprovincial de Venezuela.

En 1958 realizó sus estudios de Juniorado en Santa Rosa de Viterbo, Colombia, hasta 1960, y posteriormente continuó sus estudios de Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, durante el período 1960 hasta 1963.

Al terminar estas etapas académicas, fue destinado a Mérida a la residencia San José. Mientras se encontraba allí continuó con sus estudios universitarios en la Universidad de Los Andes (ULA) y, al mismo tiempo, compartió sus conocimientos y habilidades enseñando castellano en el Colegio Monseñor Silva a los alumnos de primer y segundo año hasta 1964.

En 1964 le fue asignado un nuevo destino en Maracaibo, específicamente en el Colegio Gonzaga, donde se desempeñó como subprefecto de disciplina para los estudiantes de primer año y también como profesor de biología. Al año siguiente, asumió el cargo de subprefecto de disciplina para los estudiantes de segundo año, mientras continuaba enseñando biología a los estudiantes de primer año. Además de sus responsabilidades académicas, también le fue asignado el cargo de moderador de las actividades deportivas en el colegio, aportando su apoyo y dirección hasta 1965.

Finalizado su Magisterio en Maracaibo, fue destinado a Oña, Burgos, con el propósito de estudiar Teología. Los dos primeros años de Teología los realizó allí, pero al ser trasladada la facultad de Teología a la Universidad de Deusto, en Bilbao, tuvo que residenciarse en dicha ciudad donde culminaría sus estudios Teológicos. Esta estancia en Bilbao duró desde 1967 hasta 1969.

El trece de julio de 1968, fue ordenado sacerdote por Fray Ignacio Larrañaga, O.F.M. Dos años más tarde, en 1970, fue destinado de nuevo a Maracaibo, al Colegio Gonzaga, como Padre Espiritual para los estudiantes de secundaria.

Durante el período 1971 a 1974, asumió el cargo de Prefecto general de disciplina y deportes en la institución.

Con el objetivo de actualizar y enriquecer su formación, viajó a Madrid en 1975, España, para realizar estudios pastorales.

Al terminar sus estudios, en 1976, fue destinado a Puerto Ordaz, al Colegio Loyola Gumilla. En esta nueva etapa, le fue asignado el rol de Prefecto general de disciplina y también se desempeñó como profesor guía para los alumnos de quinto año, además de impartir clases de latín, literatura y filosofía, brindando una amplia gama de conocimientos a los estudiantes de la institución educativa hasta 1983. El treinta y uno de mayo de 1976 emitió los Últimos Votos ante el P. Jesús Francés, S.J. rector del Colegio.

Vuelve a Madrid en 1984, específicamente a la residencia Pedro Fabro, con el propósito de realizar estudios de formación permanente. Este período de estudio le brinda la oportunidad de adquirir conocimientos y una nueva visión educativa para desarrollar sus habilidades.

Inmediatamente a su regreso a Venezuela, en 1985, se le destinó a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en Caracas. Allí, le fue asignado el rol de profesor en la Escuela de Letras. En 1986, sumó otra actividad a sus responsabilidades al también impartir clases en el Instituto de Filosofía Juan Germán Roscio (IFR).

Después, en 1987, adquirió un nuevo desafío a sus labores como docente, enseñando en el área de Comunicación Social en la UCAB. Este rol abarcó hasta 1988, momento en el cual fue nombrado Director de la Escuela de Letras y continuando el ejercicio como profesor en las Escuelas de Letras y Comunicación Social.

Su recorrido educativo evidenció su compromiso y su pasión por transmitir conocimientos a las generaciones más jóvenes, así como también sus valores.

Su salud no fue muy buena, y en 1987 fue operado del corazón. Como resultado de esta operación los dos últimos años, ya Director de la Escuela de Letras, fueron los más plenos de su vida, sintiéndose lleno de energía y entusiasmo.

A consecuencia de un derrame cerebral, el siete de julio de 1989 falleció el P. Antonio Cisuelo, S.J., este rápido desenlace causó una gran sorpresa en la comunidad ya que después de la operación del corazón, fue cuando más plenitud de vida manifestó. Aunque los días anteriores a su fallecimiento, no se había sentido bien.

Un hombre con una gran sensibilidad social, preocupado por la ciencia y la cultura, con un profundo sentido de la fe y responsable en su misión.

El P. José Ignacio Urquijo, S.J., expresó: “Del P. Antonio Cisuelo se puede decir lo mismo que se dijo de uno de los santos jóvenes jesuitas, San Estanislao de Kostka, “consumatus in brevi, explevit tempora multa” (en una corta vida vivió infinidad de años).”

Era alguien que se destacaba por su constante interés en el conocimiento y la cultura, lo cual se reflejaba en sus estudios y en su labor docente. Esta dedicación lo convertía en un interlocutor excepcionalmente agradable y amigable, capaz de despejar cualquier atisbo de aburrimiento que pudiera tener la vida diaria.

Damos gracias a Dios por la vida y obra del P. Antonio Cisuelo Muñoz, S.J. pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Schirley Echenique
Comunicaciones Curia Provincial