Durante 65 años, la Organización Social Católica San Ignacio (OSCASI) ha sido un faro de esperanza para la comunidad de Petare en Venezuela. Fundada con la misión de brindar educación a niños desescolarizados, la organización se ha expandido desde entonces para ofrecer programas de capacitación integral que ayudan a transformar la vida de sus estudiantes y sus familias, así como también de los profesores y personal de las escuelas.
En el corazón del trabajo de OSCASI está la creencia de que la educación es la base para el desarrollo humano. Con este fin, se brinda educación especial a sus 165 estudiantes, adaptando su enfoque a las necesidades de cada individuo. Además, se ofrecen servicios de salud y nutrición para garantizar que sus estudiantes estén sanos y puedan aprender.
Pero el impacto de OSCASI va más allá de sus estudiantes. La organización también trabaja para empoderar a la comunidad en su conjunto, ofreciendo programas de capacitación para padres y líderes comunitarios. A través de estos programas, se busca construir un sentido de responsabilidad colectiva por el bienestar de la comunidad.
Este compromiso de servicio está profundamente arraigado en la historia y la identidad de la organización. Nos inspiramos en San Ignacio de Loyola, quien llamó a sus seguidores a servir a los demás y a “encontrar a Dios en todas las cosas”. El servicio ignaciano se realiza históricamente por hombres y mujeres que trabajan juntos en su labor con Cristo. Con ese mismo espíritu, los voluntarios de OSCASI comparten sus conocimientos y habilidades con profesores y estudiantes, trabajando junto a ellos para mejorar la calidad de la educación y promover la superación en la comunidad.
Cada vez son más las personas dispuestas a ayudar, desde sus espacios de conocimiento, a nuestros niños y a la organización. Hemos ido formando una red de voluntarios que todas las semanas se comprometen a subir a las escuelas y brindar apoyo en las áreas de lectura, arte y religión. Por otro lado, representantes del Colegio San Ignacio nos han brindado apoyo en el área de salud, según sus especialidades (odontología, pediatría, nutrición, oftalmología), asistiendo a los casos que requieren mayor seguimiento.
Nuestros voluntarios, más allá de brindar apoyo en las áreas de educación y salud, representan esa contención afectiva que nuestros niños necesitan. Entendiendo la contención afectiva como sostener las emociones de niñas, niños y adolescentes, a través del acompañamiento y ofreciendo espacios para la expresión de los sentimientos, y las rutas para solucionar problemas.
En OSCASI, 65 años después, nuestro compromiso se mantiene cada vez más fuerte. Seguimos apostando por el desarrollo de las comunidades y en la transformación de realidades. Es por eso que estamos buscando nuevas alternativas para seguir creciendo, así como nuevos voluntarios que se sumen a nuestra labor y así seguir brindando educación y atención de calidad.
El 65 aniversario es un testimonio del impacto duradero de la organización. A lo largo de los años, se ha ayudado a innumerables niños y familias y construir una vida mejor para ellos mismos. Pero aún queda mucho trabajo por hacer. OSCASI sigue comprometida con su misión de transformar vidas a través de la educación y el servicio, y espera continuar con este trabajo durante muchos años más.
Daniela Rísquez
OSCASI