En el marco de la conmemoración de la Semana Santa 2021 y en medio de las restricciones sanitarias que impuso la pandemia que obligó a permanecer en casa, la Parroquia San Ignacio de Loyola de Maturín propuso unas jornadas de oración con aires de Retiro Espiritual.

Fueron nueve días de Ejercicios ignacianos que se iniciaron el sábado 27 de marzo en horas tempranas y se extendió hasta la noche del Domingo de Resurrección, el 4 de abril. Se llevaron a cabo en un clima de profunda reflexión centrado en el Evangelio que presentaba la liturgia diaria de la Iglesia.

La convocatoria reunió a 170 participantes que durante el desarrollo de la cita mostraron diferentes inquietudes y dificultades, sobre todo con el acceso a Internet, fallas en el servicio eléctrico y limitaciones de espacio en los dispositivos inteligentes. Pese a ello, se consolidó un grupo de 136 ejercitantes que pudieron renovar su fe y su esperanza en El Resucitado.

Fue posible también brindar la experiencia a hermanos y hermanas que no estaban en el grupo por problemas con el acceso de la tecnología. El Párroco José Javier Asarta, S.J. cada mañana ofrecía una meditación en audio no mayor de cuatro minutos que animaba a la comunidad virtual a tener ratos de oración personal durante la jornada. El equipo administrador del grupo de WhatsApp acompañaba la dinámica atendiendo requerimientos técnicos y pastorales por medio de llamadas telefónicas y mensajes de texto y voz.

La novedad de la experiencia hizo una combinación de la modalidad de Ejercicios en la Vida Corriente y el aprovechamiento de las bondades de una plataforma de comunicación.

Los recursos digitales que se ofrecieron vía WhatsApp fueron variados, flyers, temas musicales, textos acompañados de emojis, stickers y audios con reflexiones. Fue posible tener a la disposición una página Web con dominio y hospedaje gratuito donde a diario se colgaban todos los contenidos. El propósito era contrarrestar las restricciones técnicas que enfrentamos y a su vez se pudo ofrecer a otras personas para que aprovechen los recursos preparados.

Cada jornada se brindaba insumos bien seleccionados para la oración de la mañana, meditación del día y oración de la noche (Pausa Ignaciana). Un elemento que invitaba a contemplar en la acción era la proposición de un “reto del día”, por lo general era una oportunidad para involucrar a la familia en la dinámica de interioridad.

El equipo organizador conformado por seis personas, tres hombres y tres mujeres, de las comunidades misioneras Jesús de la Divina Misericordia e Inmaculada Concepción preparó a la distancia el evento y acompañaron a los participantes desde la inscripción hasta el final de la actividad.

Alexandra Vanegas, Gloria Felipez, Gisela Ramírez, José Maldonado, Oslayner Castillo y Romer Bastardo junto al P. José Javier Asarta S.J., se constituyeron en un instrumento de animación, acompañamiento y oración capaz de motorizar el evento.

Ruth, una de las ejercitantes, expresó: “Hoy sábado de Gloria tuve que realizar otras actividades fuera de mi hogar a pesar del confinamiento y las medidas de bioseguridad, que debemos mantener. Pero logré leer y releer el texto un poco más tarde. La lectura del Evangelio de Marcos 16, 1-17 en mi meditación prevaleció la tranquilidad, la calma y el acompañamiento, aunque se refleja el miedo a lo desconocido, temor de qué va pasar. Cuando van María Magdalena y María la mamá de Santiago y Salomé al llegar al sepulcro lo consiguen vacío y un joven vestido de blanco les dice: …” Jesús de Nazaret, el que crucificaron. Ha resucitado…”

Uno de los compromisos fruto de los Ejercicios Espirituales fue mantener abierto el grupo de WhatsApp para futuras oportunidades. A la fecha se difunde a diario contenidos para confortar el espíritu y mantener el ritmo de oración personal.

Romer Bastardo

Parroquia San Ignacio