La Parroquia “San Simón y San Judas, Apóstoles” de Ciudad Sucre, situada en el eje fronterizo Colombo-Venezolano del Alto Apure, está compuesta de muchas zonas (doce zonas pastorales en total) y algunas de ellas son de difícil acceso y gran extensión territorial, esto la convierten en una zona de misión confiada por la Diócesis de Guasdualito a la Compañía de Jesús.
En la actual situación del país, sólo se puede entender la Parroquia “San Simón y San Judas” si se vive en ella y nos movemos en su extenso territorio, de lo contrario nos construiremos sólo algunas ideas de la situación que se vive. En cuanto a la acción pastoral, la Parroquia se adecúa muy bien a los objetivos estratégicos del Plan Apostólico de la Provincia. Presento una breve descripción de lo que hay en los actuales momentos:
La Parroquia cuenta con un equipo de Pastoral Social entregado a su labor y disponible al trabajo humanitario de la zona, este equipo trabaja en conjunto con la coordinación de Cáritas de la Diócesis de Guasdualito. La comunidad en general es muy receptiva, solidaria y generosa, lo cual se presenta como una gran oportunidad para la acción pastoral de acompañar a los más vulnerable.
Muchos de nuestros agentes pastorales forman parte de las instancias que representan la sociedad civil de la zona (consejos comunales, voceros comunitarios, ambulatorio, cuerpo de bombero, etc…) por lo que la Parroquia es muy tenida en cuenta, sobre todo como orientadora en la toma de decisiones y acciones comunitarias. Por eso se hace fácil incidir y contribuir con la Sociedad Civil en la zona.
La formación de los catequistas, los encuentros con los Padres y Representantes de los jóvenes de catequesis, los Círculos Bíblicos y las reuniones con el equipo de Pastoral Social, se han convertido en espacios privilegiados para promover la Espiritualidad Ignaciana, así como los Ejercicios Espirituales a los jóvenes de Huellas. Los agentes pastorales de la Parroquia van identificando nuestra identidad como jesuitas y se van familiarizando con el modo de proceder de la Compañía de Jesús.
La Pastoral Juvenil y vocacional en la Parroquia es quizás la dimensión menos favorecida. Aunque se cuenta con una encargada de la Pastoral Juvenil y un equipo de jóvenes que le apoyan, se ha hecho difícil mantener una continuidad en las actividades y encuentro con los jóvenes en este tiempo de pandemia. Hasta ahora, sólo un joven a manifestado sus inquietudes vocacionales a la Compañía de Jesús y vive en la zona del Bajo Apure. Hay gran esperanza puesta en los niños que son las generaciones que vendrán, ellos muestran mucho interés en la formación y comienzan a crecer en valores desde temprana edad, considero que son un semillero que hay que cuidar.
A pesar de la situación de conflicto armado que se vive en el territorio fronterizo producto de los enfrentamientos entre los grupo irregulares, sumado a la crisis económica y política que atraviesa Venezuela, tenemos el privilegio de estar situados en una zona con una gran extensión de reserva forestal, que bien o mal, es protegida por los grupos irregulares y de difícil acceso. Por otro lado el campesino o trabajador del campo, mantiene un equilibrio sostenido con la tierra que le proporciona el sustento para vivir; en todas las celebraciones eucarísticas siempre piden por el bienestar de los campos y el cuidado de los cultivos. Probablemente haga falta ampliar y promover más los modelos alternativos que generen mayor conciencia sobre el respeto a la creación, nuestra casa común.
Doy fe que contamos con una Parroquia de la Compañía que encaja muy bien con los objetivos planteados por el Plan Apostólico, donde se puede crear y que no deja de ser una zona de misión importante, junto con la Parroquia de El Nula, que nos reta y ayuda a crecer en nuestra vocación y servicio hacia los más vulnerables.
Henry Quintero, S.J.