La juventud es tiempo de ideales y de desarrollo de una idea de justicia. En tal sentido, los jóvenes venezolanos están conscientes de la crisis que vivimos, ellos la padecen en carne propia, porque los atraviesa en diferentes dimensiones de la vida.

Algunos jóvenes convierten el padecimiento en participación ciudadana y salen a expresar su opinión, sentir e ideas de diversas formas. El marco legal los ampara mientras que obliga al Estado a ofrecer todas las condiciones de seguridad para que ejerzan y desarrollen su condición ciudadana apegados al marco constitucional.

En la conflictividad política venezolana de este último período han sido asesinados, aproximadamente, 55 jóvenes, según el Observatorio de Conflictividad Social. Se trata de 55 trayectorias de vida que enlutan a toda la colectividad venezolana. Junto a cada familia víctima de la violencia política, se entremezclan otras familias que también han padecido el desgarro de la muerte.

En Huellas apostamos por el liderazgo juvenil, por lo tanto acompañamos a los jóvenes a descubrir y formar sus capacidades ciudadanas por medio de experiencias de acción social, mientras esperamos que el Estado y su institucionalidad sea un aliado significativo para que los jóvenes efectivamente encuentren su lugar en la historia desde donde contribuir con el desarrollo sustentable del país.

Estamos necesitando de un Estado que, efectivamente, cumpla con lo planeado en la Misión a Toda Vida Venezuela, en la cual se compromete a desarrollar políticas públicas y mecanismos de participación juvenil tendientes a construir ambientes pacíficos y de armonía social, en los que los jóvenes desarrollan potencialidades diversas al ser tratados como ciudadanos y no como criminales. En tal sentido, rechazamos las “Zonas de Paz”, los Operativos de seguridad llamados OLP y las acciones de los cuerpos de seguridad del Estado que tratan a los jóvenes en las protestas pacíficas como si fueran criminales.

Equipo Huellas