Félix Otaegui Chapartegui nació en Beizama, Guipúzcoa, España, el quince de enero de 1929. Hijo de José Ignacio y María Francisca, una familia de profundos valores cristianos y con cinco hermanos.

Esta región es típicamente agrícola y ganadera, con verdes prados y grandes bosques.

Durante sus primeros doce años, solo hablaba el idioma “vascuence”.

Hizo sus estudios de primaria en San Sebastián de 1936 hasta 1941. Posteriormente, se matriculó en estudios de comercio, para esta etapa ya hablaba castellano, los cuales culminó en 1945.

Su infancia estuvo marcada por el contacto cercano con las realidades de los más desfavorecidos, despertando en él una profunda vocación de servicio. Este llamado del Señor lo condujo a ingresar en la Compañía de Jesús a los veinte años, el dos de septiembre de 1949 en Loyola, España, para luego profesar sus primeros votos en Los Chorros, Venezuela, el ocho de septiembre de 1951.

Durante su tiempo en Los Chorros, donde permaneció hasta 1953, se desempeñó como enfermero y apicultor llegando a manejar 60 colmenas. Los primeros años como apicultor fueron de gran riesgo, pero poco a poco aprendió técnicas para poder tratarlas con cuidado. La miel que producían era de tara, tarita y mango, y en el mercado dicho producto tuvo mucha aceptación.

Posteriormente fue destinado con otros cinco jesuitas al Colegio San Francisco Javier en Barquisimeto, para inaugurar el colegio, teniendo en sus inicios cuarenta y tres niños inscritos, allí permaneció hasta 1970, y allí ejerció como ludimagister en la primaria del colegio, para lo cual se preparó como maestro normalista en el Instituto Pedagógico de Barquisimeto de 1964 hasta 1968. Con la preparación previa y al realizar el curso de director en 1968, fue nombrado director de Primaria y profesor de matemáticas de 1º y 2º año desde 1965 hasta 1970.

Con el lema “Conoce Primero Venezuela” anualmente organizaba excursiones de 15 días en el Colegio San Francisco Javier, con 30 jóvenes que terminaban sus estudios con buenas calificaciones, esta gira era por todo el Oriente del país.

En 1959 realizó a Tercera Probación en Los Teques. El quince de agosto de 1960 emitió los Últimos Votos ante el P. Daniel Baldor, S.J. Viceprovincial.

Luego, en 1972 realizó el Curso de Renovación de los Hermanos Coadjutores en el Colegio Máximo de María Inmaculada en Bogotá, Colombia.

Finalizada su labor en el Colegio Javier, fue destinado a la comunidad del Colegio San Ignacio pero para ocuparse del trabajo de Distribuidora Estudios desde 1973 hasta 1982, donde se desempeñó como editor y a partir de 1976 fue nombrado director hasta 1984. En el desarrollo de su labor jugó un papel fundamental en la preparación de las exitosas ediciones de los libros escolares del Hermano Díaz de Cerio, S.J., como es el caso del libro “Mi Jardín” que ayudaba a iniciar en la lectura, siendo muy vendido. Su desempeño fue clave para garantizar la sostenibilidad de los estudios de los escolares jesuitas que se encontraban en el extranjero, gracias a las significativas ganancias generadas por las publicaciones.

Él mismo publicó un libro con el título “Es Fácil” un libro de Ejercicios de percepción visual y coordinación motora como aprestamiento para la lectura y escritura.

En 1982 pasó a residir en la comunidad de San Francisco, pero siguió trabajando en la Distribuidora Estudios.

Al finalizar su labor, en el curso de 1984-1985, pasó a estudiar a Madrid, España, para actualizarse en su formación.

Regresó a residir de nuevo en la residencia San Francisco para seguir colaborando en Distribuidora Estudios hasta 1987, y simultáneamente iniciar estudios en la Universidad de la Tercera Edad (UTE) en 1986.

En 1987 asumió la dirección del Hogar Virgen de los Dolores, para atender niños y niñas en situación de abandono o pobreza extrema. Una Obra que tiene régimen abierto, es decir, los jóvenes viven en las casas pero salen a estudiar a los planteles o colegios de las zonas donde se encuentran las casas, y los fines de semana salen a visitar o convivir con sus familias con la finalidad de fortalecer sus vínculos familiares, hasta 2008.

También fue nombrado director del Campamento Villa Dolores en 1998 y coordinador del Hogar Virgen de los Dolores, con el objetivo de complementar la educación de los jóvenes a través de experiencias en la naturaleza, promoviendo el crecimiento personal y la transformación.

Convencido de la importancia de un desarrollo integral, buscó abordar las problemáticas de la juventud en situación de vulnerabilidad mediante actividades que fomentaran el crecimiento personal y la transformación.

Durante su labor en el Hogar Virgen de los Dolores, se esforzó en adquirir conocimientos de psicología para tratar a los muchachos de características especiales y se empleó con afán en la instalación del Campamento Villa Dolores, en el predio legado al fundador P. Julián Barrena, S.J. en Fila de Mariches. Superó obstáculos como la reubicación de caballerizas y aprovechó los recursos naturales del terreno, como un pequeño manantial, para abastecer al campamento y construir una piscina.

Desde el 2006 hasta el 2008 se encargó de acompañar a la Asociación de Alcohólicos Anónimos en San Francisco, mientras seguía encargándose de Villa Dolores. En el 2010 fue nombrado revisor de las cuentas de la casa Quebrada de la Virgen en Los Teques, y administrador de la comunidad del Colegio San Ignacio.

En el 2015 pasó a residir en la Enfermería Provincial en el Colegio San Ignacio.

A lo largo de sus años fue humilde, agradecido y alegre con todos, inspirando y educando siempre.

En la última etapa de su vida perdió la memoria y deambulaba por los pasillos de la mano de una enfermera. Una caída ocasionó la rotura del fémur, de cuya operación quedó muy debilitado y ya apenas se levantaba.

El diez de enero de 2017 falleció en la Enfermería Provincial, tenía ochenta y siete años de edad y sesenta y siete años de Compañía.

Fue un hombre que vivía para la educación, la excelencia, que aceptó cada solicitud y destino con honradez.

Al día siguiente de celebrarse la Misa oficial de cuerpo presente en la capilla, oficiada por el P. Provincial Rafael Garrido, S.J., todavía se seguían recogiendo testimonios de todo el bien realizado de la multitud.

El P. General Peter Hans Kolvenbach, S.J. en la carta de felicitación por los cincuenta años en la Compañía, dijo: “Durante todo este tiempo ha sido usted un ejemplo de constante superación, responsabilidad y entrega (…) por el año de 1972 fue a Colombia, con el deseo de aprovechar su curso especial de renovación, y se deseaba que viniera a esta Curia Generalicia como mecanógrafo, pero cada vez era más fructuosa la edición de los libros escolares en Venezuela, y el hermano Ángel Díaz de Cerio, S.J. sabía lo valiosa que era la colaboración de usted para la corrección y adaptación de esos textos que se editaban con éxito y grande fruto apostólico”.

Damos gracias a Dios por la vida y obra del hermano Félix Otaegui Chapartegui, S.J., y pedimos que su ejemplo nos anime en la misión encomendada.

Schirley Echenique
Comunicaciones Curia