Cuenta Juana, nombre ficticio para preservar la identidad de la persona ¡Que a Venezuela hay que venir a trabajar! Que no hay que dejarse vencer por los problemas. Su hijo de 17 años termina el bachillerato en julio, pero no le quieren dar el título por no tener papeles venezolanos. Su mamá, con esfuerzo le compró una máquina de afeitar y al frente de la casa le puso una silla y un espejo para que corte cabello y no se frustre. Pedro intentó repatriarse en Colombia, pero su reintegración no fue efectiva por falta de trabajo. María logró el estatus de refugiado para ella y para su hija que justo se graduó de médico en la Universidad del Zulia (LUZ). Manuel lleva más de 30 años en el país sin documentos, solo trabaja de manera informal y un vecino le presta su cuenta para recibir el pago.

Rostros e historias que mueven la fibra dibujando la realidad de quienes huyen del conflicto armado colombiano y que se han visto obligados a hacer de Venezuela su segundo hogar. La realidad de estas personas es invisible para la mayoría de los venezolanos y muchas veces, por temor, estas personas prefieren que así siga siendo para, ante todo, preservar la vida. Se convierten así en las personas más vulnerables entre los vulnerables, ubicados en zonas fronterizas que a su vez se tornan zonas marginadas por otros muchos factores.

Sin embargo, y a pesar de la crisis humanitaria compleja, estas víctimas del conflicto colombiano, se organizan para la protección y defensa de sus derechos humanos. Se forman, se apoyan mutuamente y crean alianzas con ONG´s, agencias y el propio estado venezolano y colombiano para tener voz y defenderse sus derechos humanos como ejemplos de tesón y resiliencia.

Por su parte y alineados con el objetivo número 1 del plan estratégico de la Provincia, el Servicio Jesuita  Refugiados (JRS) Venezuela acompaña a estas víctimas del conflicto armado en los estados fronterizos Zulia y Táchira, a través de una alianza con la Unidad de Atención y Reparación Integral de Víctimas (UARIV), ente del estado colombiano y el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), en un proyecto regional con JRS LAC, de cuyo plan piloto también forma parte JRS Ecuador.

Es por ello que el JRS Venezuela busca la integración local de las víctimas del conflicto armado colombiano: acompañando a organizaciones de víctimas para el fortalecimiento de capacidades. Acompaña a emprendedores, en sus planes de negocios, con formaciones técnicas y en habilidades blandas para la promoción de sus productos y la sostenibilidad de emprendimientos y les proporciona un capital inicial. Además, acompaña procesos de reconciliación personal y colectiva, para la reconstrucción del tejido social, recuperación de confianzas y reconstrucción de proyectos de vida.

Finalmente, nos dice con gran emoción una de las víctimas en el encuentro de beneficiarios de medios de vida en Maracaibo, que finalizó en enero, que ellos se encontraron con el JRS en julio de 2023 en el VIII Foro Internacional de Víctimas en Caracas y que, al vernos hoy, ellos sienten que sí han sido escuchados y que eso se agradece con todo el corazón.

P. Edgar Magallanes, S.J.

JRS