En los últimos años, la población de El Nula no ha escapado del impacto provocado por la Pandemia del Covid-19, el deterioro de los servicios públicos en el país, la polarización política y la crisis humanitaria compleja. En medio de esta situación, la Parroquia San Camilo de Lelis sigue estando animada por una robusta comunidad laical que voluntariamente lleva adelante diversas iniciativas. Ante estos escenarios, e inspirada en los lineamientos de sinodalidad en la Nueva Diócesis de Guasdualito, de la cual forma parte, pero sobre todo en el llamado hecho en el Año Ignaciano y el objetivo estratégico 3 del Plan Apostólico de la Provincia 2021-2026, el equipo jesuita les ha ofrecido la oportunidad de vivir, de manera contextualizada, la experiencia de los Ejercicios Espirituales en la Vida Corriente (EVC), a fin de profundizar en la oración y en la identidad con Jesús y su misión. En otras palabras, se decidió entregarles nuestro tesoro.

El P. Edgar Magallanes, S.J. con el apoyo del, para entonces, diácono y hoy P. Leonardo Gamboa, S.J. vista la necesidad de incrementar y profundizar la participación de los laicos (Objetivo 6 del Plan Apostólico) invitó a la profesora Lolivet Álvarez de Santos, con amplia experiencia en Espiritualidad Ignaciana, y entre los tres conformaron un equipo de acompañantes y decidieron utilizar el material del P. Ignacio Huarte “…Despertar a la vida diferente…”, publicado en un asequible formato por la Distribuidora Estudios en 2018, y en el cual se sistematizó la experiencia de los Ejercicios en la Vida (EVC) Corriente en la populosa Parroquia de La Carrucieña de Barquisimeto, en la cual fue Párroco.

La primera convocatoria fue el viernes 23 de abril de 2021, siendo el inicio formal de los EVC el miércoles 28 de abril del 2021. En adelante se han tenido encuentros semanales cada miércoles proyectándose su cierre para la segunda semana de octubre. Con la reestructuración en Julio-Agosto del equipo Jesuita de El Nula, el P. Eduardo Soto, S.J. asume la conducción de los EVC y el acompañamiento realizado por quienes ya no están en la Parroquia.

Como lo señala Leonardo Gamboa, S.J.: Los EE.EE. son una experiencia ruda, y los EVC aún más, exige disciplina, apertura a aprender nuevas formar de oración (meditación, contemplación, examen del día…), abrirse a la experiencia de acompañamiento espiritual y todo eso en el corre-corre del día a día. Ni hablar de las ocurrencias de Dios!…. Es de aplaudir la fidelidad de los participantes, que deja en evidencia el misterio del Espíritu que los engancha en la experiencia. Con sol o con tremendos palos de agua, las hermanas y hermanos participantes llegaban a los encuentros para recibir los puntos o para la orientación espiritual. …Es una experiencia linda de más ver como Dios se hace presente en la vida de las personas, como los ejercitantes se hacen conscientes de ello y como se van decidiendo seguir lo que el Señor les invita…Es un misterio ver los lenguajes y formas como Dios se comunica con ellos, les comunica su amor y los guía, usando la naturaleza, el paisaje, las labores de cada día en la casa, en la finca, en el pueblo… Dios está allí hablando y ellos van aprendiendo a escuchar progresivamente.

Parafraseando a Leo, con la experiencia de ellos, también nosotros los jesuitas renovamos nuestra propia experiencia de llamado para que así, junto a nuestros laicos y colaboradores, podamos juntos ver nuevas todas las cosas en Cristo y obrar, en seguimiento y discernimiento del mismo Espíritu que inspiró a Ignacio (objetivo 7 del Plan Apostólico), en esta hermosa y pujante tierra del Alto Apure Venezolano.

Eduardo Soto Parra S.J.