Desde el 29 de mayo hasta el 03 de junio de 2023, Santa Elena de Uairén, ubicada al sur del estado Bolívar, fue un lugar propicio para la experiencia de Ejercicios Espirituales (EE.EE.) en clave ecológica. Esta actividad se dio gracias al Programa Pedro Fabro de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina y El Caribe (CPAL) como una iniciativa de la Red Apostólica Ignaciana de Guayana (RAIG).

 

Fe, disposición y entrega

Al pensar en el lugar y las personas que estarían participando, se hizo la revisión de las propuestas que en diferentes Provincias están trabajando de forma integrada en la espiritualidad ignaciana y la ecología integral, de allí se tomó como materia de la experiencia el Principio y Fundamento y la Contemplación para Alcanzar Amor de los EE.EE. y la Carta Encíclica Laudato Si del Papa Francisco sobre el Cuidado de la Casa Común

Antes de la experiencia espiritual, realizamos actividades virtuales que permitieron que los participantes se prepararan: videoconferencia sobre adiciones y anotaciones y foro-chat para profundizar sobre este tema.

 

Cuidadores y guardianes de la vida

Los seis días que duró la experiencia de los EE.EE. invitaba a los participantes de la Red Apostólica Ignaciana de Guayana (RAIG) – concretamente a los docentes y colaboradores de Fe y Alegría y del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA)- a mirarse como creaturas llamadas a contemplar y meditar nuestra relación con el mundo y con los otros. Es allí donde el sueño por la Amazonía no es para leer, sino para sentir y recrear lo que se está haciendo con la creación. Una oportunidad para llevar al coloquio: ¿cómo soñamos nuestra vida en esta región de Suramérica?

La Gran Sabana en sí misma es una manifestación de la creación, sin embargo la sensibilidad de los participantes y la conexión con su tierra es algo que se valoró porque permitió que el encuentro entre el Creador y su creatura fuese un espacio de mucha profundidad espiritual, al conectarse con su vida, su historia y el llamado que se tenía de ser “cuidadores y guardianes de la vida”, descubrir el para qué y para quiénes fuimos creados.

 

Compromiso con la tierra y sus orígenes

La llamada de hacernos sensibles ante la creación necesitó tener presente del Libro Sagrado el texto del Génesis, el despertar de los sentidos, la escucha con un ejercicio guiado, el movimiento del cuerpo con una canción que conectaba con los elementos de la madre Tierra, el recrear un dibujo como manifestación de hacerse presente con Dios creando y actuando en todo.

Fue mirarse junto al Creador, siendo parte de la creación, invitado a re-crear el contexto actual de sus orígenes. En ello era importante que se preguntaran y llevaran al coloquio o conversación con Dios la pregunta: ¿dónde está tu hermano?, con sus sombras y sus luces en el contexto del sur del estado Bolívar. Es allí donde uno de llamados de la espiritualidad ignaciana nos compromete a hacernos cargo de la realidad.

Asimismo sobre esta realidad el Papa Francisco tiene una palabra que decir y para esto el documental “La Carta” fue materia de trabajo, que nos permitió escuchar las voces de diferentes actores en el mundo y lo que estaban haciendo desde sus realidades concretas. También era la oportunidad de reconocer que en la misión encomendada de ser “cuidadores y guardianes de la vida” no se estaba solo, se tenían personas que habían encontrado cómo ser la voz de la creación y el cuidado de la Casa Común, y de allí un momento importante fue elaborar cartas personales para mirarse desde un compromiso como creaturas de la creación.

Con experiencias como ésta la Provincia de Venezuela, a través de sus Redes Regionales, aporta al cumplimiento de la cuarta Preferencia Apostólica Universal 2019-2029 “Cuidar de nuestra Casa Común” y el objetivo tres del Plan Apostólico 2021-2026 que es “promover la espiritualidad ignaciana como un aporte específico de la Compañía de Jesús a la Iglesia en Venezuela.”

 

Noiralyh Vásquez y Valeria Requena

Red Apostólica Ignaciana de Guayana

Fotografía: Cortesía de los participantes