Queridos compañeros de camino:
Fe y Alegría es un Movimiento, cuya fuente de inspiración es el Maestro Jesús, en quien creemos. Él nos dijo que donde dos o tres nos reunamos en su nombre, él estará en medio de nosotros. Y nos reunimos en su nombre cuando de la mano de los excluidos nos acercamos al Reino de Dios, reino de justicia, fraternidad e inclusión; cuando hacemos posible que la educación del pobre no sea una pobre educación.

Comienzo por recalcar una vez más la alta dignidad de la misión de los educadores. Sin ellos no hay gente formada, ni profesionales, ni servicios públicos de calidad. Sin ellos no hay patria digna. Con razón una dignataria, en un país donde los educadores cobran el sueldo más alto de la nación, cuando el resto de gremios exigía la nivelación de sus sueldos, les dijo: ¿Cómo les nivelo a ustedes con las personas que les formaron, les educaron e hicieron posible que hoy sean lo que son? Evidentemente, éste no es nuestro país…

En el inicio de este curso convergen cuatro condiciones. La pandemia del coronavirus, la propuesta de la educación no presencial, el cansancio del personal y la justa lucha de padres y representantes, maestros y personal, gremios y sociedad por un salario para los educadores que les permita vivir con dignidad y así cumplir con nuestra sagrada misión. Dignidad que, en los hechos, sigue sin ser reconocida.

La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto las graves carencias que desde hace tiempo nos vienen afectando: la escasez y carestía de alimentos, las deficiencias de nuestro sistema de salud, el alto costo de cualquier medicina, la escasez de transporte público, la falta de gasolina, la imposibilidad de mantener el aislamiento social porque hay que salir para poder llevar cada día la arepa a la casa… A nivel nacional, el problema educativo se ha recrudecido porque no estábamos preparados, ni contábamos con la infraestructura necesaria para la educación no presencial.

Pero esta es la situación que enfrentamos y en ella tenemos que realizar nuestra misión. En la historia de Fe y Alegría siempre ha habido situaciones críticas y porque creemos y trabajamos por el cambio de las personas para que transformen la sociedad, luchamos para la exclusión de la ignorancia y las injusticias y nos empeñamos en conseguir condiciones de vida dignas.

Esta crisis general nos afecta y toca los cimientos y la existencia misma de Fe y Alegría y de toda la Educación popular, oficial y privada. El presupuesto asignado por el Convenio AVEC – MPPEB, que ha sido importante para la existencia y crecimiento de Fe y Alegría, hoy es absolutamente insuficiente. Para subsistir y mantenernos como movimiento tenemos que ponernos todos activos.

Es necesario que todos, alumnos, representantes, oyentes y la sociedad toda caigamos en la cuenta de la gravedad de la crisis. ¿Cuántos docentes permanecerán en sus puestos con un salario mensual inferior a 8 dólares?