Durante este segundo semestre del año, en Juventud y Vocaciones nos hemos enfocado en seguir propiciando espacios para el acompañamiento y discernimiento vocacional, creando y fortaleciendo propuestas ignacianas que permiten el encuentro con los jóvenes de distintas regiones del país.

En cada una de estas propuestas, el discernimiento sigue siendo reconocido como una herramienta importante para  encontrar respuestas que apunten a esclarecer el norte y  el enfoque del proyecto de vida. Los jóvenes resaltan lo esencial de ser escuchados y acompañados en este proceso, agradecen poder contar con espacios donde, desde lo sencillo, pueden enfocarse en reconocer su propia historia, encontrarse con otros y con Dios.

Estas consideraciones se han manifestado durante la realización del itinerario “Una vida de discernimiento, del programa “Al Paso del Peregrino”, que actualmente se están desarrollando en Maracaibo, Barquisimeto y La Vega;  así como durante el “Encuentro Loyola”, recientemente realizado en el Junquito, donde jóvenes varones de varias zonas del país, asistieron a esta convivencia para poder conocer un poco más la Compañía de Jesús, como posible camino vocacional que responda a sus inquietudes personales; y en la propuesta de Ejercicios Espirituales, realizados este mes de noviembre en los Teques,  para los participantes del Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL) del Instituto Universitario Jesús Obrero (IUJO) Catia.

La riqueza de estos encuentros es bastante, porque además de propiciar el discernimiento, escucha y acompañamiento, permiten conectar con la realidad juvenil, en sus distintos matices culturales, situaciones vitales, realidades, así como motivar en los jóvenes el anhelo de encontrar su lugar, desde donde puedan ser, estar y hacer, como respuesta a la llamada de Dios y sintonía con sus aspiraciones.

Cada propuesta sigue siendo una oportunidad para poder actualizar el modo cómo desde la espiritualidad Ignaciana se vive la vocación fundamental como cristianos, y la vocación apostólica desde el llamado individual de cada uno.

Estamos convencidos que el camino sigue siendo generar procesos concretos, actualizados, sencillos, donde se muestre a un Jesús que llama, que guía y que le da sentido a nuestra existencia, cuando se acepta y se conoce, en este caso puntual, desde la espiritualidad ignaciana.

Isaura Goncalves

Juventud y Vocaciones