
Antiguos Alumnos del Colegio San Ignacio de Caracas.
En torno a su fundación
Con gozo celebramos el octogésimo aniversario de la fundación de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San Ignacio.
Me van a permitir hacer una breve referencia a su fundación. El 18 de julio de 1939, un grupo de antiguos alumnos, invitados por el Rector, P. Dionisio Goicoechea, se reunieron para formalizar la creación de la Asociación de Antiguos Alumnos, y a discutir los Estatutos de la Asociación. El objetivo básico era: “mantener y estrechar los vínculos de amistad y compañerismo contraídos en el Colegio y facilitar el desenvolvimiento de la acción educadora del mismo”. Se establecieron como norma:
“a) La protección mutua en toda su amplitud no sólo material y pecuniaria, sino moral en todas las situaciones de la vida…b) Formar un fondo con cuyos intereses pueda hacerse efectiva… c) Fundar becas para hijos de antiguos alumnos, tomando en consideración la necesidad… d) Constituir un premio especial que entregará anualmente el Presidente de la Asociación al alumno del último año… que más se hubiere distinguido… e) Abrir un centro social donde los alumnos se puedan reunir…” El primer Presidente de la Junta Directiva fue Carlos A. Pacheco Level y el Vicepresidente Rafael Caldera.
Caldera en su discurso programático afirmaba que: “Al deber de habernos educado aquí, corresponde el haber de defender el colegio, en lo cual, con un deber de gratitud estamos cumpliendo una labor de Patria…Tenemos que ayudarnos mutuamente para defender nuestra fe… Tenemos que dar ejemplo a las nuevas generaciones ignacianas, para que tengan el sentido de que las enseñanzas del colegio perduren más allá del Colegio…”
En su primera época, quiero destacar la importante participación de la Asociación en la fundación de la Escuela Jesús Obrero en Catia, apoyando el proyecto liderado por el P. Dionisio Goicoechea, hoy sede de una escuela Primaria, una Escuela Técnica, un Centro de Formación Laboral y un Instituto Universitario. Hasta aquí la reseña histórica.
Reflexiones de hoy
Un antiguo alumno del Colegio San Ignacio nunca deja de ser alumno. El “cariño y afición” por el Colegio que se le inocula desde sus primeros pasos como alumno, aunque no estamos seguros del cómo, transciende los límites del tiempo y de las fronteras. En los encuentros planificados o fortuitos de antiguos alumnos no hacen falta presentaciones elaboradas, puesto que saltan las chispas de las afinidades de puentes ya establecidos.
Es condición del antiguo alumno que salga del Colegio para servir y lleve consigo los valores que lo ha marcado: respeto, justicia, solidaridad, honestidad. El Colegio espera que el “en todo amar y servir” sea expresión plena de su marca ignaciana.
Hoy día encontramos un alto número de antiguos alumnos en dispersión fuera de las fronteras de Venezuela. Aunque no deja de ser dolorosa la separación, movida por la necesidad, confiamos que los antiguos alumnos lleven en su alma la misión del Colegio. Donde quiera que estén, el compromiso con Venezuela debe de ocupar un puesto central en sus proyectos de vida. El “Siempre Venezuela” se tiene que hacer sentir y movilizar las energías personales de los antiguos alumnos.
Ante esta dispersión de antiguos alumnos, el Colegio San Ignacio físico se transforma en un colegio virtual universal, en donde se afirma como:
- Colegio de encuentro, en los que los encuentros de ignacianos sirvan para fortalecerse espiritualmente. Esta Casa Loyola debe servir para apoyar los encuentros virtuales y presenciales de antiguos alumnos.
- Colegio de reconciliación en el que podamos encontrarnos los diversos, con respeto y valoración mutua. En donde en la Venezuela quebrada, se estrechen manos y se den y reciban abrazos. El trabajo por la reconciliación de todos los venezolanos debe ser un aporte fundamental de los ignacianos.
- Colegio de esperanza. Esperanza gozosa para los que hemos optado por quedarnos en el país. Esperanza, también, para aquellos que se encuentran fuera de nuestras fronteras. Todos sintamos a Venezuela en nuestro corazón y asumamos las alegrías y lo costos de nuestras opciones.
- Colegio de compromiso. Compromiso para generar ciudadanía responsable, teniendo presente un horizonte y visión de país hacia el cual estamos todos movidos a caminar, ayudando a la supervivencia de los más débiles y desprotegidos, promoviendo la defensa de los derechos humanos y desarrollando programas de formación ciudadana para una incidencia humana y honrada en la política.
Estos son los desafíos que los antiguos alumnos del Colegio San Ignacio deben de tener presentes, para que su condición de perennes alumnos cobre pleno sentido y, así, se comprometan para la construcción de la Venezuela que todos soñamos, con pasión y con arraigo en el país.
Que Ignacio de Loyola y la “Virgen de la tierna mirada”, cuya imagen llevan consigo los ignacianos, nos acompañen en esta ruta y ahonden nuestro compromiso de vida con Venezuela.
Jesús Orbegozo, S.J.
Colegio San Ignacio
Rector