Caracas 21 de septiembre de 2021

Queridos educadores, administrativos y obreros de los colegios de ACSI:

Hemos vivido un año lleno de amenazas y de incertidumbre por la pandemia de COVID-19 que agravó la ya trágica situación del país. En este panorama hemos visto enfermarse a muchos de nuestros familiares, colegas, amigos y, con profundo pesar, lloramos el fallecimiento de algunas personas cercanas. Al mirar ahora las amenazas y peligros vividos, damos gracias a Dios y a todos ustedes porque hemos luchado por mantenernos de pie como educadores, con creatividad y unión en medio de tantas dificultades, para atender del mejor modo posible a nuestros estudiantes. Más bien, con la ayuda de Dios, se ha fortalecido la alianza de nosotros educadores con las familias para juntos, con respuestas creativas y mucho compromiso, superar las dificultades.

Desde ACSI hemos procurado apoyar a cada colegio, acompañar sus procesos particulares y trabajar en colaboración, entre todos. Damos gracias a Dios que logramos llevar el año académico 2020-2021 a feliz puerto. El empeño fundamental de la Provincia jesuita de Venezuela con los colegios, por medio de ACSI, fue el cuidado de las personas que hacen posible la vida en cada uno y el fortalecimiento de la alianza del colegio con los padres, a fin de dar lo mejor a los alumnos. Por eso hoy, queremos reafirmar el compromiso y relevancia de seguirnos concibiendo, en este contexto desafiante, como un cuerpo articulado al servicio de nuestra misión educadora.

Tal vez, en contra de lo que esperábamos, la pandemia continúa y es imposible vislumbrar su fin. Por ello empezamos el nuevo curso en tensión entre dos realidades enfrentadas: la necesidad de aumentar la presencialidad escolar y el cuidado extremo que debemos seguir teniendo frente a la pandemia. Son muchos los argumentos pedagógicos que nos hacen desear que los niños y jóvenes se encuentren con su colegio, sus maestros educadores y compañeros. Pero al mismo tiempo sabemos que cualquier descuido en las cautelas de bioseguridad puede poner en peligro la salud e incluso vidas en nuestra comunidad educativa.

En este comienzo de curso queremos invitar a la máxima creatividad con mucha flexibilidad para discernir cuánto y de qué modo podemos avanzar en la presencialidad y de qué manera podemos llevarla con el máximo cuidado contra la pandemia. También pedirles a todos que dediquen de manera personal y grupal tiempo y reflexión  a identificar los éxitos logrados en el curso pasado. Agradecemos que cada colegio nos comunique a los demás los tres logros y aciertos que más ayudaron para compartirlos y celebrarlos en comunidad. Así podemos agradecer, conservar, ampliar y consolidar esos logros con espíritu siempre creativo. También consideramos importante compartir esa información y reflexión con los padres y representantes.

Como ustedes saben, estamos en plena celebración de los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola en 1521. Culminaremos el año ignaciano el 31 de julio de 2022, día del Santo. Aprovechemos esta oportunidad para “ver nuevas todas las cosas en Cristo” y para que, personalmente y como colegio, revisemos nuestros modos tradicionales de ser educadores y podamos abrirnos a modos más humanos, espirituales e innovadores de dar respuestas educativas de calidad acordes a las necesidades de nuestros estudiantes y de las nuevas realidades que se nos presentan cada día.

Que San Ignacio nos bendiga y nuestro buen Dios nos acompañe e ilumine en este año escolar que comenzamos.

En nombre del Equipo de CERPE, cordialmente,

Ana G Guinand

Directora